Agravio comparativo e infracciones: Compararnos con otros no nos hace menos culpables.
El agravio comparativo se refiere a la percepción que tenemos de que una infracción o falta cometida por una persona recibe un trato desigual en comparación con otra persona que ha cometido una falta similar. Quien tiene esta percepción de la realidad sienten que se está teniendo un trato injusto con ellos, además, beneficiando a otros a su costa al no aplicar las normas de forma equitativa.
Cómo se puede dar:
Este puede surgir en una gran variedad de contextos, desde el ámbito laboral hasta el sistema de justicia penal. Por ejemplo, cuando se sobrepasa el límite de velocidad y el infractor es detenido por la policía, a menudo usará como excusa (pensando que servirá de algo) que ha visto a muchas personas ir mucho más rápido que él. Este argumento, aparte de no justificar nada, no resulta válido ante un juez si lo que el infractor busca es reducir o incluso librarse de su condena.
Para evitar el agravio comparativo, es importante que las sanciones sean proporcionales al grado de infracción cometida y se apliquen de manera justa e imparcial. Además, que se promueva la educación y la concienciación sobre las normas y las consecuencias de su no cumplimiento.
El agravio comparativo no será en ningún caso un atenuante para la condena del infractor, su uso será ineficaz y, en cierta forma, visto como cobarde. La realidad es que las leyes con las mismas para todos, y la única forma de no tener que pagar por infringirlas, es acatándolas y respetándolas.
Asesoramiento
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